La Alhambra, joya incomparable de la arquitectura andalusí, se alza en Granada como un palacio-fortaleza que parece suspendido entre la historia y la eternidad. Sus muros de caligrafía infinita, patios de mármol y juegos de agua convierten cada rincón en un poema vivo de luz y geometría. Fue corte de sultanes nazaríes y testigo de la fusión entre poder, arte y espiritualidad en la Edad Media. Hoy, es un legado universal que deslumbra al mundo entero como símbolo eterno de belleza, armonía y misterio.

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